Un estudio de este tema, no obstante, mostrará que los adventistas del séptimo día no son los únicos en enseñar el concepto de un juicio previo al advenimiento.
ALGUNOS OPINANque la única contribución adventista a la teología bíblica es la manera en que los adventistas del séptimo día entienden el juicio previo al advenimiento, o juicio investigador,basados en Daniel 7:9-14.1 Ciertas denominaciones han compartido otras creencias fundamentales de la iglesia, pero sostienen que esta doctrina es sólo un intento de "compensar errores en la interpretación profética".2 Un estudio del tema, no obstante, mostrará que los adventistas no son los únicos que enseñan el concepto de un juicio anterior al advenimiento y que éste cuenta con un fuerte apoyo bíblico.
Información
El Anciano de días (Dan. 7:9) Éste es el único versículo de la Biblia que describe a Dios el Padre en forma humana. Lo representa como un juez humano de gran edad y sabiduría sentado en su tribunal. El manto blanco, que simboliza la absoluta pureza moral del juez divino (Isa. 1:18), nos recuerda los vestidos blancos
de los 24 ancianos que rodean el trono de Dios (Apoc. 4:4) y los que vestirán los santos algún día (Apoc. 3:5). El cabello blanco simboliza sabiduría y ancianidad, características que lo calificarían como juez en el mundo de la Biblia (Lev. 19:32; Job 32:7). La descripción del trono de Dios como una llama de fuego, con ruedas ardientes, representa los juicios divinos (Sal. 50:3, 4).
El Hijo del Hombre (Dan. 7:13) En Ezequiel, Dios utiliza la frase "hijo de hombre" más de 70 veces para dirigirse al profeta (Eze. 2:1; 3:1, 3, 4, 10, etc.). Destaca las limitaciones de la humanidad de Ezequiel en contraste con la majestad divina.
Los comentadores han interpretado el "Hijo de Hombre" en Daniel como el Alcángel Miguel,3 la personificación del pueblo de Dios, la nación judía,4 y el Mesías. La posición mesiánica es la más antigua y la más común entre judíos v cristianos.5 En el libro de Enoc, escrito en la parte final del período intertestamentario, el "Hijo de Dios" es una figura mesiánica "a quien pertenece la justicia", quien depone a los "reyes y poderosos de sus cómodas sillas",6 y quien trae consigo el fin de la era presente. Los evangelios presentan al "Hijo del Hombre" como el título favorito de Jesús al referirse a sí mismo. Lo utilizó más de 80 veces para identificarse como (1) el Hijo del Hombre terrenal que obra en el presente (Mar. 2:10, 28), (2) el Hijo del Hombre quien sufrirá, morirá y resucitará (Mat 17:22, 23; 20:18, 19), y (3) el Hijo del Hombre quien regresará en gloria escatológica (Mat. 24:30; 26:64).7 La manera en que Jesús empleó el título, recordó a sus lectores el "Hijo de Hombre" de Daniel, quien recibe dominio, gloria y un reino eterno (Dan. 7:14).
Explicación
Daniel 7 consiste esencialmente de una visión, su interpretación y la reacción del profeta a la visión. Un prólogo (vers. 1, 2) y un epílogo (vers. 28) enmarcan el capítulo. La visión (vers. 2-14) representa cuatro bestias, con el énfasis en la cuarta bestia, la cual tiene diez cuernos de los cuales surge otro cuerno pequeño. El cuerno pequeño se torna en la oposición principal al "Altísimo" y los santos en el resto del capítulo. Aunque las actividades del cuerno pequeño continúan aquí en la tierra, la atención de Daniel es dirigida a una escena celestial de juicio (vers. 9-14) que condena al cuerno pequeño, vindica a los santos y otorga dominio, gloria y un reino a "uno como Hijo de hombre" (Dan. 7:13).
El pasaje sobre el juicio en Daniel 7:9-14 contiene tres escenas: (a) un juicio en el cielo en los versículos 9 y 10; (b) el fin de la cuarta bestia, es decir, el resultado del juicio en los versículos 11 y 12; y (c) la recepción del reino por el Hijo del Hombre (Cristo) en los versículos 13 y 14.
El Juez se sentó, y los libros fueron abiertos (Dan. 7:9, 10) Muchas personas disfrutan de escenas de juicios, siempre y cuando a ellas no les toque estar sentadas en la silla del acusado. Generalmente, el cuadro de un juez en el tribunal evoca las ideas de un crimen cometido y un castigo que se aplica. La mayoría de las personas, por lo tanto, sienten aprensión cuando se les pide que formen parte de un jurado o que testifiquen. Las Escrituras, no obstante, "ven el juicio desde el punto de vista del oprimido, la víctima sufriente, y por lo tanto lo colocan en el contexto de la salvación y la victoria sobre el opresor y el mal".8 Como resultado, la Biblia a veces describe a los jueces como libertadores o salvadores (Jue. 3:9,15; 18:28).
El concepto de un juicio investigador, como lo enseña la Iglesia Adventista, tiene un claro fundamento bíblico. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, repetidamente encontramos juicios investigadores. Desde el mismo comienzo de la relación de Dios con los pecadores en Génesis 3, surge un modelo de proceso judicial. Primero viene la investigación: "¿Dónde estás tú?" "¿Quién te enseñó...?" "¿Has comido del árbol?" (Gen. 3:9-11). Después de investigar, Dios anuncia el veredicto en los versículos 14-19. Encontramos una situación similar en la manera en que Dios trata a Caín (Gen. 4:9, 10) y en su trato con Sodoma y Gomorra. Casi todo el pasaje de Génesis 18 y 19 describe las investigaciones y deliberaciones de Dios previas a su acto castigador. El hecho de que el Nuevo Testamento proyecte el juicio sobre Sodoma y Gomorra como un "ejemplo" o "símbolo" del juicio final de Dios es revelador (2 Ped. 2:6; Jud, 7). Los escritos de los profetas de Israel representan cómo Dios reúne a Israel o las naciones ante su tribunal, cómo hace una investigación, cómo se declaran los hechos, cómo comparecen los testigos y finalmente cómo se pronuncia un veredicto (ver Isa. 5:1-7; 43:8-13, 22-28). La secuencia es siempre la misma: pecado, investigación y juicio.9
El concepto de un juicio investigador previo al advenimiento aparece también en el Nuevo Testamento. La parábola de la fiesta de bodas en Mateo 22 es un ejemplo clave. "Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda" (Mat. 22:11). La inspección que el rey hace de los convidados representa un proceso de investigación que decidía cuáles de los invitados podían quedar y cuáles no. En este sentido es un cuadro del juicio investigador previo al advenimiento que está ocurriendo ahora.
Otros pasajes del Nuevo Testamento que presuponen un juicio previo al advenimiento son Juan 5:28-29, en el cual Juan menciona una resurrección para vida y una resurrección para condenación, y Apocalipsis 20:4-6. La mayoría de los exégetas bíblicos concuerdan en que Apocalipsis 20 enseña dos resurrecciones literales de los muertos separadas por mil años. En el sentido de que únicamente los "bienaventurados y santos" se levantan en la primera resurrección, debe haber ocurrido un juicio previo para determinar quién participará de ella. Teólogos no adventistas también han reconocido esto. El luterano Joseph A. Seis, por ejemplo, escribió: "La resurrección y los cambios que ocurren en 'un abrir y cerrar de ojos' para los vivos, son en sí mismos los frutos y representaciones de un juicio precedente. Son las consecuencias de adjudicaciones ya hechas. En términos estrictos, los hombres no son levantados ni trasladados para ser traídos a juicio. Las resurrecciones y traslaciones con producto de un juicio ya ocurrido sobre los muertos como muertos y los vivos como vivos. 'Los muertos en Cristo resucitarán primero', porque ya se ha juzgado que están en Cristo, y los santos vivos son arrebatados con ellos en las nubes, porque ya se ha juzgado que son santos y dignos de obtener ese mundo".10
En Apocalipsis 14, el mensaje del primer ángel, "temed a Dios, y dadle gloria porque la hora de su juicio ha llegado" (Apoc. 14:7), precede la cosecha de la tierra (vers. 14-20). La secuencia de eventos en este capítulo claramente indica que el juicio del que se habla en el versículo 7 ocurre antes de la ejecución del juicio en ocasión de la segunda venida de Cristo en los versículos 14-20.11 Así es que encontramos el concepto de un juicio investigador según se lo presenta en Daniel 7 —previo a la segunda venida— a lo largo de las Escrituras.
ALGUNOS OPINANque la única contribución adventista a la teología bíblica es la manera en que los adventistas del séptimo día entienden el juicio previo al advenimiento, o juicio investigador,basados en Daniel 7:9-14.1 Ciertas denominaciones han compartido otras creencias fundamentales de la iglesia, pero sostienen que esta doctrina es sólo un intento de "compensar errores en la interpretación profética".2 Un estudio del tema, no obstante, mostrará que los adventistas no son los únicos que enseñan el concepto de un juicio anterior al advenimiento y que éste cuenta con un fuerte apoyo bíblico.
Información
El Anciano de días (Dan. 7:9) Éste es el único versículo de la Biblia que describe a Dios el Padre en forma humana. Lo representa como un juez humano de gran edad y sabiduría sentado en su tribunal. El manto blanco, que simboliza la absoluta pureza moral del juez divino (Isa. 1:18), nos recuerda los vestidos blancos
de los 24 ancianos que rodean el trono de Dios (Apoc. 4:4) y los que vestirán los santos algún día (Apoc. 3:5). El cabello blanco simboliza sabiduría y ancianidad, características que lo calificarían como juez en el mundo de la Biblia (Lev. 19:32; Job 32:7). La descripción del trono de Dios como una llama de fuego, con ruedas ardientes, representa los juicios divinos (Sal. 50:3, 4).
El Hijo del Hombre (Dan. 7:13) En Ezequiel, Dios utiliza la frase "hijo de hombre" más de 70 veces para dirigirse al profeta (Eze. 2:1; 3:1, 3, 4, 10, etc.). Destaca las limitaciones de la humanidad de Ezequiel en contraste con la majestad divina.
Los comentadores han interpretado el "Hijo de Hombre" en Daniel como el Alcángel Miguel,3 la personificación del pueblo de Dios, la nación judía,4 y el Mesías. La posición mesiánica es la más antigua y la más común entre judíos v cristianos.5 En el libro de Enoc, escrito en la parte final del período intertestamentario, el "Hijo de Dios" es una figura mesiánica "a quien pertenece la justicia", quien depone a los "reyes y poderosos de sus cómodas sillas",6 y quien trae consigo el fin de la era presente. Los evangelios presentan al "Hijo del Hombre" como el título favorito de Jesús al referirse a sí mismo. Lo utilizó más de 80 veces para identificarse como (1) el Hijo del Hombre terrenal que obra en el presente (Mar. 2:10, 28), (2) el Hijo del Hombre quien sufrirá, morirá y resucitará (Mat 17:22, 23; 20:18, 19), y (3) el Hijo del Hombre quien regresará en gloria escatológica (Mat. 24:30; 26:64).7 La manera en que Jesús empleó el título, recordó a sus lectores el "Hijo de Hombre" de Daniel, quien recibe dominio, gloria y un reino eterno (Dan. 7:14).
Explicación
Daniel 7 consiste esencialmente de una visión, su interpretación y la reacción del profeta a la visión. Un prólogo (vers. 1, 2) y un epílogo (vers. 28) enmarcan el capítulo. La visión (vers. 2-14) representa cuatro bestias, con el énfasis en la cuarta bestia, la cual tiene diez cuernos de los cuales surge otro cuerno pequeño. El cuerno pequeño se torna en la oposición principal al "Altísimo" y los santos en el resto del capítulo. Aunque las actividades del cuerno pequeño continúan aquí en la tierra, la atención de Daniel es dirigida a una escena celestial de juicio (vers. 9-14) que condena al cuerno pequeño, vindica a los santos y otorga dominio, gloria y un reino a "uno como Hijo de hombre" (Dan. 7:13).
El pasaje sobre el juicio en Daniel 7:9-14 contiene tres escenas: (a) un juicio en el cielo en los versículos 9 y 10; (b) el fin de la cuarta bestia, es decir, el resultado del juicio en los versículos 11 y 12; y (c) la recepción del reino por el Hijo del Hombre (Cristo) en los versículos 13 y 14.
El Juez se sentó, y los libros fueron abiertos (Dan. 7:9, 10) Muchas personas disfrutan de escenas de juicios, siempre y cuando a ellas no les toque estar sentadas en la silla del acusado. Generalmente, el cuadro de un juez en el tribunal evoca las ideas de un crimen cometido y un castigo que se aplica. La mayoría de las personas, por lo tanto, sienten aprensión cuando se les pide que formen parte de un jurado o que testifiquen. Las Escrituras, no obstante, "ven el juicio desde el punto de vista del oprimido, la víctima sufriente, y por lo tanto lo colocan en el contexto de la salvación y la victoria sobre el opresor y el mal".8 Como resultado, la Biblia a veces describe a los jueces como libertadores o salvadores (Jue. 3:9,15; 18:28).
El concepto de un juicio investigador, como lo enseña la Iglesia Adventista, tiene un claro fundamento bíblico. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, repetidamente encontramos juicios investigadores. Desde el mismo comienzo de la relación de Dios con los pecadores en Génesis 3, surge un modelo de proceso judicial. Primero viene la investigación: "¿Dónde estás tú?" "¿Quién te enseñó...?" "¿Has comido del árbol?" (Gen. 3:9-11). Después de investigar, Dios anuncia el veredicto en los versículos 14-19. Encontramos una situación similar en la manera en que Dios trata a Caín (Gen. 4:9, 10) y en su trato con Sodoma y Gomorra. Casi todo el pasaje de Génesis 18 y 19 describe las investigaciones y deliberaciones de Dios previas a su acto castigador. El hecho de que el Nuevo Testamento proyecte el juicio sobre Sodoma y Gomorra como un "ejemplo" o "símbolo" del juicio final de Dios es revelador (2 Ped. 2:6; Jud, 7). Los escritos de los profetas de Israel representan cómo Dios reúne a Israel o las naciones ante su tribunal, cómo hace una investigación, cómo se declaran los hechos, cómo comparecen los testigos y finalmente cómo se pronuncia un veredicto (ver Isa. 5:1-7; 43:8-13, 22-28). La secuencia es siempre la misma: pecado, investigación y juicio.9
El concepto de un juicio investigador previo al advenimiento aparece también en el Nuevo Testamento. La parábola de la fiesta de bodas en Mateo 22 es un ejemplo clave. "Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda" (Mat. 22:11). La inspección que el rey hace de los convidados representa un proceso de investigación que decidía cuáles de los invitados podían quedar y cuáles no. En este sentido es un cuadro del juicio investigador previo al advenimiento que está ocurriendo ahora.
Otros pasajes del Nuevo Testamento que presuponen un juicio previo al advenimiento son Juan 5:28-29, en el cual Juan menciona una resurrección para vida y una resurrección para condenación, y Apocalipsis 20:4-6. La mayoría de los exégetas bíblicos concuerdan en que Apocalipsis 20 enseña dos resurrecciones literales de los muertos separadas por mil años. En el sentido de que únicamente los "bienaventurados y santos" se levantan en la primera resurrección, debe haber ocurrido un juicio previo para determinar quién participará de ella. Teólogos no adventistas también han reconocido esto. El luterano Joseph A. Seis, por ejemplo, escribió: "La resurrección y los cambios que ocurren en 'un abrir y cerrar de ojos' para los vivos, son en sí mismos los frutos y representaciones de un juicio precedente. Son las consecuencias de adjudicaciones ya hechas. En términos estrictos, los hombres no son levantados ni trasladados para ser traídos a juicio. Las resurrecciones y traslaciones con producto de un juicio ya ocurrido sobre los muertos como muertos y los vivos como vivos. 'Los muertos en Cristo resucitarán primero', porque ya se ha juzgado que están en Cristo, y los santos vivos son arrebatados con ellos en las nubes, porque ya se ha juzgado que son santos y dignos de obtener ese mundo".10
En Apocalipsis 14, el mensaje del primer ángel, "temed a Dios, y dadle gloria porque la hora de su juicio ha llegado" (Apoc. 14:7), precede la cosecha de la tierra (vers. 14-20). La secuencia de eventos en este capítulo claramente indica que el juicio del que se habla en el versículo 7 ocurre antes de la ejecución del juicio en ocasión de la segunda venida de Cristo en los versículos 14-20.11 Así es que encontramos el concepto de un juicio investigador según se lo presenta en Daniel 7 —previo a la segunda venida— a lo largo de las Escrituras.
La hora y propósito del juicio (Dan. 7:11, 12)
Es
importante reconocer que el juicio en Daniel 7 ocurre mientras el cuerno
pequeño está activo sobre la tierra. Al final del versículo 8, Daniel escucha
las palabras "pomposas" del cuerno pequeño. Entonces su atención se
torna hacia la escena del juicio celestial (vers. 9, 10). Pero luego de
describir la escena del juicio, Daniel dedica nuevamente su atención a lo que
el cuerno declara. El texto dice "yo entonces", o sea, mientras
contemplaba la escena celestial, ocurría la proclamación del cuerno pequeño
sobre la tierra.
Tres pasajes en Daniel 7 se refieren específicamente al juicio (vers.
9-14, 21, 22 y 26). Debido a que las acciones del cuerno pequeño claramente
intersectan con el juicio celestial, y por lo menos temporalmente, coinciden
con él, este juicio no puede ser el juicio final de Apocalipsis 20. Más bien,
debe ser un juicio preliminar que ocurre en el cielo previo a la segunda
venida, tal como los adventistas del séptimo día siempre han enseñado.
Una interpretación tal no se limita a los adventistas del séptimo día.
El autor católico E Düstewaid, por ejemplo, escribió: "Sin duda alguna, el
profeta Daniel describe aquí el juicio de Dios concerniente a los poderes
hostiles. El juicio termina con la condenación total de los imperios del mundo
y el triunfo de la causa de Dios. Sin embargo, lo que se describe aquí no es,
como muchos intérpretes del pasado (Theodoret y otros) han supuesto, el juicio
general del mundo; no es el juicio de Dios aquí en la tierra, sino que el lugar
del juicio se encuentra en el cielo. El contexto indica que es un juicio
preliminar que luego se confirma en el juicio general del mundo".12 El
intérprete protestante T. Robinson vio esta distinción en el siglo XIX cuando
escribió su comentario sobre Daniel. "Como ya se ha observado, éste no es
el juicio general al fin del reino de Cristo sobre la tierra, o, según se
entiende comúnmente la frase, al fin del mundo. Más bien parece ser un juicio
invisible que ocurre dentro del velo y se revela por sus efectos especiales y
la ejecución de su sentencia. Por ser ocasionado por las grandilocuentes
expresiones del cuerno pequeño y ser seguido por el despojo de su dominio,
puede parecer que ya ha pasado. Pero, debido a que es evidente que la sentencia
no ha sido totalmente ejecutada, puede ser que se encuentre en sesión ahora
mismo".13
¿Cuál es el propósito de este juicio en Daniel 7? Observamos que se
abren libros y se los estudia (vers. 10). En el Antiguo Testamento encontramos
referencias al "libro de los vivientes" (ver Sal. 69:28), el
"libro de memoria" (ver Mal. 3:l6), y el "libro" de Dios
(ver Éxo. 32:32; Sal. 56:8). El mismo pensamiento ocurre en la literatura del
judaísmo tardío (1 Enoc 47:3) y en el Nuevo Testamento (Fil. 4:3; Apoc. 3:5;
20:12; 21:27). La pregunta importante es: ¿Quién es juzgado en base a estos
libros? Por el contexto concluimos que este juicio incluye:
1.El pueblo de Dios. Aunque la Reina-Valera traduce Daniel
7:22 como "se dio el juicio a los santos del Altísimo" (Dan. 7:22),
varias versiones lo vierten "se hizo un juicio en favor de los santos del
Altísimo" (RSV, NIV). Esto indica que los santos son de algún modo el tema
de la audiencia, un hecho que no es reconocido fuera de la Iglesia Adventista,
aunque no debiera sorprendernos. Debido a que la mayoría de los cristianos
creen en la inmortalidad del alma, suponen que el estado futuro de una persona
se decide en el momento en que ésta muere. Un juicio previo al advenimiento,
por lo tanto, que rinde una decisión final respecto a si una persona es salvada
o no concuerda con su paradigma. Ven a los muertos ya en el cielo o el infierno
(o para los católicos, el purgatorio). Por lo tanto, los cristianos, en
general, no aceptan un juicio anterior al advenimiento, aunque el contexto de
Daniel 7 claramente lo exige.
2.El cuerno pequeño
. Debido a que el contexto de la escena del
juicio se refiere repetidamente al cuerno pequeño (vers. 8 y 11), el juicio,
por lo tanto, de alguna manera debe también incluirlo. "La evidencia
contextual interna sugiere que los santos y el cuerno pequeño comparten igualmente
en el veredicto del juicio previo al advenimiento".14 Los santos en el
sentido de que ellos reciben el reino (vers. 27), y el cuerno pequeño en el
sentido de que se le quita el dominio. Por lo tanto, la vindicación de los
santos (vers. 22), implica la condenación del cuerno pequeño.
Aunque algunos intérpretes no adventistas, tales como Düsterwald y
Robinson, han visto un juicio previo al advenimiento en Daniel 7, lo han
limitado a un juicio del cuerno pequeño, mientras que los adventistas incluyen
tanto a los santos como el cuerno pequeño como los objetos del juicio.
El propósito principal del juicio investigador que precede al
advenimiento es la confirmación final de la salvación y la vindicación del
pueblo de Dios (vers 22). Pero más allá de la vindicación de los santos y la
condenación del cuerno pequeño, el juicio previo al advenimiento también
corrobora la justicia de Dios en sus tratos con la humanidad. Cuando los seres
no caídos en el universo examinan los registros de los santos durante el juicio
previo al advenimiento, resolverán que Dios ha sido ciertamente justo y
misericordioso en cada instancia. De esta manera será exonerado el carácter de
Dios, el que ha estado en el centro del gran conflicto entre Cristo y Satanás.
El Hijo del Hombre recibe el reino (Dan. 7:13, 14)Muchos
intérpretes de Daniel perciben la llegada del Hijo del Hombre en las nubes del
cielo como una referencia a la segunda venida de Cristo.15 Sin embargo, la
escena aquí descrita no se refiere a la segunda venida, porque el Anciano de
días no está en la tierra sino en el cielo. "Él viene hacia el Anciano de
días en el cielo para recibir el dominio y la gloria, y un reino, que le será
dado a la conclusión de su obra de mediador. Es esta venida, y no su segundo
advenimiento a la tierra, la que la profecía predijo que había de realizarse al
fin de los 2.300 días, en 1844".16
Aplicación
"Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y
después de esto el juicio" (I-leb. 9:27). Al igual que la muerte le toca a
cada ser humano, cada uno ha de enfrentar el juicio final, "porque es
necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo" (2
Cor. 5:10). Aunque somos salvos por la fe en Cristo (Efe. 2:8), todavía somos
juzgados por nuestras obras (Ecle. 12:14; Mat. 12:36). No obstante, si hemos
aceptado a Cristo como nuestro Señor y Salvador no tenemos nada que temer en el
juicio, porque Jesús ha llevado nuestros pecados en la cruz y ha muerto en
nuestro lugar. Pablo dice que el Padre "por nosotros lo hizo pecado [a Jesucristo],
para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (2 Cor. 5:21), y
que "ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo
Jesús" (Rom. 8:1).
Zacarías 3 demuestra gráficamente esta verdad maravillosa. Cuando
Satanás se opuso a Josué ante el Señor, Dios le dijo a sus ayudantes:
"Quitadle esas vestiduras viles". Entonces Josué recibió ropas nuevas
y un turbante limpio (vers. 4, 5). Las vestiduras sucias, que representan los
pecados de cada persona, no fueron quemadas o enviadas a la tintorería, sino
que Jesús se las puso y entonces fue a la cruz a pagar el castigo (Rom. 5:8).El juicio previo al advenimiento en Daniel 7 es la primera fase del
juicio final
Investigará y decidirá los casos de "todos los que entraron
alguna vez en el servicio de Dios".17 Entonces, a su segunda venida, Dios
revelará las decisiones alcanzadas en el juicio previo al advenimiento y sus
santos recibirán el reino (Dan. 7:27). Durante el milenio los justos juzgarán a
los malvados (Apoc. 20:4;
1 Cor. 6:2, 3), y después del milenio los impíos y Satanás con todos
sus seguidores recibirán el castigo final: la muerte eterna (Apoc. 20:11-15).
Juntas, estas fases del juicio constituyen el juicio final, cuya culminación
será la vindicación del amor y la justicia de Dios por toda la eternidad.
Fuente: Daniel, Vidente de Babilonia, capitulo 8 - Gerhard Pfandl
Referencias
1. Leroy Edwin
Froom, Movement of Destiny [Un movimiento con un destino) (Washington, D. C.:
Review and Herald, 1971), p.541.
2. Walter R. Martin,
The Truth About Seventh-day Adventism [La verdad acerca del adventismo del
séptimo día] (Grand Rapids; Zondervan, 1960), p. 182.
3. Lacocque, The
Book of Daniel [El libro de Daniel], pp, 133,134. Para leer sobre las varias
interpretaciones de la identidad del "Hijo del Hombre", ver Arthur J, Ferch, The
Son of Man in Daniel Seven [El Hijo del Hombre en Daniel 7), Andrews University
Seminary Doctoral Dissertation Series (Berrien Springs, Mich.: Andrews
University Press, 1979), p. 95, n. 2.
4. J, A. Montgomery,
The Book of Daniel [El libro de Daniel], ICC (Edinburgh: T. and T. Clark, 1979),
P. 323.
5. Ibíd, pp. 320,
321,
6.1 Enoc 46:3, 5, en
James Charlesworth, Old Testament Pseudepigrapha [Pseudoepigrafía del Antiguo
Testamento), (Carden City, N.Y: Doubleday, 1983), p. 34.
7. D. E. Aune, "Son
of Man" [Hijo del Hombre], The Intemational Standard Bible Encyclopedia (Grand
Rapids: W. B. Eerdmans, 1988), 1, 4, p. 576.
8. Jacques B,
Doukhan, Secrets of Daniel [Secretos de Daniel], (Hagerstown, MD: Review and
Herald, 2000), p. 112.
9. Para otros
ejemplos de juicios investigadores en el Antiguo Testamento, ver William H, Shea,
Selected Studies on Prophetic Interpretation [Estudios .selectos sobre la
interpretación profética], DARCOM (Silver Spring, MD: Biblical Research
Institute, 1992), pp. 1-29; Eric Livingstone, "Investigative Judgment—A
Scriptural Concept" [El juicio investigador: un concepto bíblico], Ministry
(Aprill992);pp, 12-14.
10. J. A. Seiss, The
Apocalypse [El apocalipsis, (Grand Rapids: Zondervan, 1973), p. 131,
11. Samuel
Bacchiocchi, "The Pre-Advent Judgment in the New Testament" [El juicio previo al
advenimiento en el Nuevo Testamento), Adventista Affirm (Otoño 1994), pp. 37-44,
contiene ejemplos adicionales.
12. E. Dusterwald,
Die Weltreiche und das Gottesreich (Freiburg: Herder'shce Verlagasbuch-handlung,
1890), p. 177, Traducido por G. Pfandl.
13. T. Robinson,
Daniel, Homiletical Commentary (Nueva York: Funk andWagnalls, 1892), 1.19, p.
139. También S. P. Tregelles, Remarks on the Prophetic Visions in the Book of
Daniel [Comentarios sobre las visiones proféticas en el libro de Daniel], 8a
edicción (Chelmsford; The Sovereign Grace Advent Testimony, n.d.), pp. 36-38.
14. Norman Gulley, Christ is Coming!
[Cristo viene], (Hagerstown, MD: Review and Herald, 1998), p-
413. Ver también Arthur J. Ferch, "ThePre-Advent Judgment—Is it Scriptural?"
[¿Es bíblico el juicio previo al advenimiento?], Australasian Record (Aug. 28,
1982): 5-7.
15. Bert H. Hall,
"Daniel", The Wesleyan Bible Commentary (Grand Rapids: W. B, Eerdmans, 1968), t.
3, p. 535; D. K. Campbell, Daniel: Decoder of Dreams [Daniel: descifrador de
sueños], (Wheaton, Ill: Víctor Books, 1977), p. 84. W. G. Heslop, Diamonds from
Daniel [Diamantes de Daniel], (n. p., Nazaren Publishing House, 1937), p. 104.
16. Elena G. de
White, El conflicto de los siglos, pp. 533, 534.
17 Ibíd. ,p.534.